martes, 6 de marzo de 2018

Fotoxilograbado

La ventana
Febrero de 2018

A pesar del nombre aparentemente complicado de esta técnica, os animo a probarla ya que el resultado es muy llamativo y es relativamente sencilla y accesible para cualquiera. 

Para empezar a trabajar debes elegir una fotografía o imagen en la que quieras resaltar los tonos claros o blancos.
Por ese motivo, yo elegí una de las muchas fotografías que tengo de Vejer de la Frontera (Cádiz).

La parte más llamativa de esta técnica es la unión grabado-relieve, que aporta una riqueza de textura y color muy llamativa a la obra final.
Para ello, crearemos una hoja con pulpa de papel sobre un molde que previamente hemos tallado y después con esa hoja y ese molde procederemos al grabado.

La parte complicada de esta técnica es que el relieve no se realiza teniendo en cuenta la perspectiva, sino los tonos claros o blancos de la imagen.

En la imagen elegida de "La ventana", la perspectiva te llevaría a dejar el fondo de casas blancas con menor relieve que el marco de la ventana, pero para realizar la fotoxilografía debes pensar que lo que quieres que quede oscuro, no tendrá relieve.


El primer paso es hacer una transferencia de la imagen o fotografía (en tamaño DIN A3) sobre una plancha de PVC para Xilografía. En este trabajo he utilizado una plancha de 30x42 cm y 0,5 cm de grosor.

Se coloca la imagen contra la plancha y sujetandola bien para que no se desplace, se frota enérgicamente con un algodón humedecido con acetona pura con movimientos rectos de arriba a abajo.

Al levantar la fotografía, la imagen se habrá transferido sobre la plancha. Y, si te han quedado algunas zonas difusas, puedes dibujarlas o repasarlas con lápiz.

Ahora es el momento de decidir las zonas blancas o más bien, las zonas que no queremos que queden oscuras, y en ellas será donde trabajemos con las gubias.
La gubia es la herramienta con la que tallaremos la plancha, dando diferentes grosores, texturas y direcciones que aportará una gran riqueza de matices en el relieve final.


Terminada la talla, hay que preparar la tabla aplicando con una brocha un desmoldeante (cera alex + aguarrás), cuidando de que entre bien por toda la talla realizada. Para ello, es recomendable realizar pequeños toques en diferentes direcciones, en vez de brochazos, asegurándonos así de que el desmoldeante penetre bien en todos los rincones.

Una vez seco el desmoldeante, procederemos a cubrir la plancha con la pulpa de papel que hemos preparado previamente (ver "papel reciclado" en la pestaña "otras técnicas de pintura"). Se pueden colocar los diferentes colores de la pulpa de forma intencionada respecto de la foto elegida o, por el contrario, poner la pulpa mezclando colores sin seguir la lógica del dibujo.
En este caso, he colocado pulpa azul en la zona del cielo, beis en la zona de casas y una mezcla de gris y morado en el marco exterior, pero sin seguir con precisión las líneas del dibujo.
Una vez colocada la pulpa, hay que retirar el agua presionando con una esponja y poniendo especial atención en las zonas de relieve para que la pulpa cubra bien toda la talla y no queden agujeros.



El tiempo de secado variará en función de la temperatura ambiente y del trabajo de escurrido anterior. Por esto habrá que vigilar la pulpa para retirarla antes de que haya secado por completo. 
Antes de retirar la hoja de pulpa, es conveniente hacer unas marcas en los bordes y/o esquinas que nos ayudarán a volver a colocar la hoja de pulpa exactamente en el mismo sitio para proceder al grabado.






Se puede observar cómo la colocación de la pulpa de diferentes colores de manera indefinida aporta gran riqueza a la obra.

El siguiente paso es el entintado de la plancha para realizar el grabado. Para que la tinta aporte el contraste deseado, debe ser un tono más oscuro de los utilizados para la pulpa de papel, y se puede  elegir dos formas de entintar. Con un tomo engamado (de la misma gama de colores que los de la pulpa) o de un tono opuesto.
Para este trabajo un tono engamado sería un azul oscuro, pero he optado por elegir un tono opuesto, el marrón.

Se necesita una superficie de cristal o similar donde colocar la tinta de grabado e impregnar un rodillo a base de pasadas repetitivas en pequeños movimientos hasta conseguir que todo el rodillo tenga una uniforme y ligera capa de tinte.

Se va aplicando la tinta con el rodillo sobre la plancha, de tal forma que todo aquello que no hemos tallado quedará impregnado de tinta.

Finalmente, se pasa un trozo de tarlatana sobre la tinta con pequeños movimientos giratorios, para homogeneizar el tono y rebajar la intensidad de color en las zonas en las que queramos crear veladuras. 

Esta es la plancha con la tinta, antes de usar la tarlatana:



Esta es la plancha después de pasar la tarlatana, incidiendo más en la zona central superior e inferior, dando más volumen y riqueza al entintado.




En este momento hay que volver a encajar la hoja de pulpa de papel (previamiente humedecida con un spray) en la plancha, con cuidado para no mancharlo y guiándonos de las marcas que hicimos en bordes y/o esquinas.  Es importante humedecer ligeramente la hoja de pulpa de papel, para que esta se adapte con mayor facilidad a su molde así como para realizar el grabado.

El grabado se lleva a cabo en el tórculo,  por donde se pasará la plancha entintada con el soporte de pulpa de papel encajado.



Para levantar la hoja de pulpa necesitaremos una espátula de pintor con la que iremos ahuecando la hoja  y un secador que facilitará su retirada sin que se rompa. 



Y ahí tenemos finalmente, el trabajo resultante a la izquierda y la plancha a la derecha.

Si el resultado es de nuestro agrado, la pieza ya está terminada y si no podemos intervenirla aplicando tinta en algunas zonas.
En este caso, como el entintado marrón ha quedado muy intenso, perdiéndose los tonos grises y morados de la pulpa de papel, he optado por intervenir la pieza con un rodillo blando y color morado preparado sobre cristal.




Aquí podéis apreciar la diferencia antes y después de la intervención.



Para volver a utilizar la plancha, hay que retirar la tinta  limpándola con aguarras.

Y repetir el proceso, volviendo a poner desmoldeante en la plancha antes de colocar la pulpa de papel.

Aquí tenéis otro trabajo realizado con la misma plancha.


Se puede apreciar que en esta segunda obra, se ha incidido más al rebajar la intensidad de la tinta con la tarlatana sobre la plancha para que, tras el grabado, se aprecie más la pulpa, por lo que el resultado queda más rico en colorido y textura.

Este es otro trabajo realizado con una plancha diferente.